El gobernador republicano de Florida brilla con una victoria histórica, mientras que muchos de los candidatos de Donald Trump fracasan. ¿Ron DeSantis ahora también obtendrá la candidatura presidencial?

«Trump es una hipoteca para los republicanos» es la primera declaración del político liberal de Alemania, Michael Link, quien ve el resultado de las elecciones estadounidenses como un rechazo a la polarización extrema. ‘Trump Apocalipsis’ lo califica Roland Nelles, corresponsal Der Spiegel en Washington. Añade: los republicanos pierden su objetivo de una gran victoria en las elecciones al Congreso. Si el partido se separa ahora de Donald Trump, esto también tendrá consecuencias para el futuro político de Joe Biden.
La derrota más amarga para Trump se ha dado en el estado de Pensilvania. La reportera del New York Times Maggie Haberman confirma que Trump está enojado, especialmente con Mehmet Oz, quien perdió las elecciones al Senado en la importante Pensilvania frente al demócrata John Fetterman. También estaba enojado con todos los que le aconsejaron que apoyara a Oz, incluida su esposa. Según Haberman, hay esfuerzos dentro de los republicanos para posponer el anuncio de la candidatura presidencial de Trump.

«Sé más sobre él que cualquier otra persona». Ron DeSantis ganó su reelección como gobernador de Florida y está siendo crecientemente voceado como candidato presidencial. El expresidente Trump hizo una amenaza flagrante el día de las elecciones.

El expresidente Donald Trump ha amenazado al gobernador de Florida, Ron DeSantis, con revelaciones desagradables si se postula para la Casa Blanca en 2024. Podría decir «cosas que no son particularmente halagadoras» sobre DeSantis, dijo Trump a Fox News Digital el martes. «Sé más sobre él que nadie, excepto tal vez su esposa».
Trump anunció un “anuncio muy importante” el lunes para el 15 de noviembre. Se puede suponer que quiere anunciar su candidatura en las elecciones presidenciales de 2024. El hombre de 76 años sigue siendo popular entre los votantes republicanos más radicales.
Pero en el país en su conjunto, Trump es tan controvertido que se cree que varios republicanos como DeSantis o su ex vicepresidente Mike Pence lo desafiarán con su propia candidatura. DeSantis, de 44 años, quien también se posiciona como un ultraderechista de línea dura, es considerado un rival particularmente fuerte.
“Si comienza, podría ser muy doloroso para él”, dijo Trump sobre el gobernador de Florida. Creo que cometería un error. No creo que sea bueno para el partido”. Se pronosticaba que DeSantis ganaría las elecciones para gobernador de Florida como se esperaba. El titular de 44 años se impuso a su oponente demócrata Charlie Crist en la votación en el populoso estado del sureste del país, con casi 20% de diferencia, según pronósticos de las televisoras CNN, Fox News y NBC.

En los estados claves, Trump logró imponer internamente a sus candidatos. Aunque fuertes en la puja interna, eran señalados como blancos fáciles para los demócratas en una batalla por el electorado independiente y cuestionados por el establishment republicano, que rechaza al ex presidente. Un resultado ‘horrible’ para el mitómano populista de Mar-A-Lago.

Los postulantes respaldados por Trump perdían de manera estruendosa en Arizona y New Hampshire, caían derrotados por estrecho margen en Pensilvania e igualaban en Georgia -donde el gobernador antiTrump Brian Kemp ganó con comodidad- de cara a una segunda vuelta el 6 de diciembre. El candidato a gobernador demócrata Joe Saphiro ya se había impuesto ante el trumpista Doug Mastriano. Solo en Ohio el trumpista JD Vance lograba una victoria importante.
El fracaso más ruidoso provenía de Arizona, donde la ex presentadora de Fox, Kari Lake, competía para ser gobernadora y perdía por un margen superior a 10 puntos. Lake era mencionada como posible compañera de fórmula de Trump en el 2024 y hasta su candidata a Presidente si el magnate decidía no competir.
Arizona fue además el principal laboratorio del discurso negacionista de Trump, al que Lake se plegó sin fisuras, que sostiene que la elección del 2020 fue fraudulenta y Biden es un presidente ilegítimo.
Lo mismo pasaba en la carrera para el senado donde Blake Masters, el candidato respaldado por Peter Thiel caía derrotado por casi 20 puntos en su disputa.
En New Hampshire la demócrata Maggie Hassan ganó su reelección para el Senado y derrotó al republicano Don Bolduc, un general retirado del Ejército que hizo campaña con las denuncias de fraude propias del trumpismo hasta que buscó despegar después sin éxito.
En Georgia, con más del 90% escrutado, el senador demócrata Raphael Warnock empataba con el candidato republicano Herschel Walker. Ninguno de los dos superaba el 50% y el escenario daba paso a una segunda vuelta.
Finalmente en Pensilvania, el mediático doctor Mehmet Oz perdió con el vicegobernador John Fetterman en la carrera hacia el Senado por un margen ajustado. Así las cosas, para ganar el Senado los republicanos deberían lograr dos victorias en los estados que quedan por definirse: Nevada y Georgia.
Aunque todavía es temprano para sacar conclusiones y la disputa está abierta, los resultados traen alivios al presidente Biden y debilitan a Trump. Pero además, le dan la razón al establishment partidario que está enfrentado duramente con el ex presidente. En especial, a un veterano político de baja popularidad pero mucha experiencia Mitch McConnell, que hace tiempo entró en un punto de no retorno con Trump. McConnell fue uno de los mayores críticos de los candidatos que eligió el líder republicano, dijo que eran postulantes de baja calidad y hasta les quitó respaldo económico. De confirmarse los resultados preliminares, sería uno de los grandes ganadores.