En una reciente entrevista con el diario EL PAÍS, la destacada arquitecta Elizabeth Diller compartió sus reflexiones sobre su carrera, la ciudad de Nueva York y su enfoque en la experimentación arquitectónica. Diller, conocida por sus obras innovadoras como The Broad en Los Ángeles y The Shed en Nueva York, habló sobre la importancia de los artistas en las ciudades, la necesidad de asumir riesgos y la influencia de su historia personal en su trabajo.
Diller comenzó la entrevista reflexionando sobre cómo ha cambiado Nueva York desde su infancia en el Bronx. Destacó la dificultad actual para que los artistas puedan vivir en la ciudad debido al alto costo de vida y la pérdida de la diversidad cultural que aportan. Para Diller, los artistas son quienes dicen la verdad y aportan vitalidad a la vida cultural de la ciudad.
Uno de los proyectos emblemáticos de Diller, The Shed, fue objeto de discusión en la entrevista. Se le preguntó sobre el riesgo de construir un edificio móvil y la arquitecta explicó que la idea era transformar un teatro de manera continua. Consideró que la transformación de salas de exposiciones en un auditorio debía ser sencilla y eléctrica, pero debido a restricciones presupuestarias, se realizó de forma manual, lo que resultó en un resultado torpe.
Diller también abordó el tema del riesgo en su trabajo y cómo lo ve como una fuente de energía, vida y cambio. Mencionó que a veces arriesgar puede significar perder concursos, pero su enfoque en el desafío y la recompensa ha sido una constante en su carrera. Como profesora en Princeton, ha enseñado a sus alumnos a desafiar las preconcepciones y replantear constantemente sus ideas.
La entrevista también exploró la historia personal de Diller y cómo su familia emigró a Estados Unidos para escapar del Holocausto. Sus padres llegaron al Bronx con la esperanza de ofrecer a sus hijos una vida mejor. Diller reflexionó sobre su identidad flexible, sintiéndose europea, neoyorquina y parte de la comunidad de supervivientes. Además, habló sobre la influencia de su familia en su ética y su interés en cambiar y reparar las cosas.
En cuanto a su trabajo, Diller comentó sobre la importancia de la experimentación y la interdisciplinariedad en la arquitectura. Defendió la idea de que la arquitectura puede manifestarse de diversas formas y que cualquier acto de creación de espacio es arquitectura. También mencionó el papel del diálogo con la comunidad y la escucha de las opiniones de las personas como parte integral de la arquitectura.
