Los resultados de las últimas elecciones municipales y regionales han ratificado una verdad tan espeluznante como cierta: las organizaciones políticas que han copado casi la totalidad de autoridades electas, estarían sus dirigentes comprometidos en una serie de denuncias y procesos criminales, y en varios casos sentenciados a la cárcel, pero que gozan de impunidad a vista y paciencia de medio mundo. Grandes negocios surgidos de la nada vemos por doquier, sin especificar por ahora. Pero todos los percibimos en diversos sectores como educación, turismo, minería, pesca, entre otros. Y que hacen quebrar o retirarse a centenares sino miles de empresarios honestos que no pueden competir contra el lavado de dinero o la extorsión generalizada.
¿Qué hacer? He allí la gran respuesta que habremos pronto de responder.