Andrea Hoyos (Lima, Perú) estrenó en el 2021 su opera prima: Autoerótica, un coming-of-age que retrata la vida adolescente de Bruna, una joven limeña que surca el paso rampante y violento de los años adolescentes. Con un guion conciso, unas actuaciones bastante adecuadas y más de un plano interesante; creo no equivocarme cuando digo que esta película entra a la lista de esos filmes que necesita el cine peruano.
Y es que el retrato de la adolescencia peruana es un tópico poco explorado por el cine y las grandes historias. La sociedad peruana, presa de su conservadurismo histórico, ha hecho de las expresiones sexuales una cárcel silenciosa para los niños y niñas de nuestro país. Distintos jóvenes no encuentran las maneras correctas de expresarse por el miedo que ronda los extremos del estigma social o de la sensación de no vivir su vida adecuadamente. Bruna, el personaje principal de esta película expone bien como funciona esta dinámica: una joven de 15 años busca hallarse sin una guía adecuada en un mundo que desconoce, termina así siendo parte de experiencias poco disfrutables que la hacen sentirse utilizada, objetivizada y que, además, dejaran consecuencias directas en su vida.
Rafaella Mey no tiene problemas en desenvolverse en su rol de Bruna con bastante soltura y naturalidad. Sus actuaciones son sobrias y no tiene que caer en la sobreactuación para demostrar su esfuerzo emocional a lo largo del filme. El apoyo de los planos y la fotografía generan expresiones que transmiten eficazmente los sentimientos que atraviesa Bruna a lo largo del proceso de autodescubrimiento que lleva durante toda la historia.
Y es ese otro de los grandes puntos fuertes de la dirección de Hoyos y su equipo de producción: sus planos y la fotografía presente a lo largo del filme. Con una paleta de colores acorde a las sensaciones que produce el largometraje, Hoyos se apoya de distintos recursos para mostrar las distintas caras de una Lima acogida por una desigual modernidad.
Hoyos liberó recientemente Autoerótica por el Dia Internacional de la Mujer el pasado 8 de marzo. Una de las razones que vuelve tan especial esta película es que retrata una realidad poco explorada en el Perú de la que hablábamos hace unas cuantas líneas: la autoexploración sexual de los jóvenes. Una gran oportunidad para re-entender la juventud peruana y conectar con ella y sus dudas.