El gobierno chino decidió expulsar al cónsul de Canadá en Shanghái. La medida se produce en medio de una tensión entre los dos países que viene creciendo desde el arresto de la ejecutiva de Huawei, Meng Wanzhou, en 2018.

La expulsión del diplomático chino por parte de Canadá parece ser parte de respuesta a la detención de dos ciudadanos canadienses en China, que han sido acusados de espionaje. Los casos de los canadienses detenidos, Michael Spavor y Michael Kovrig, han sido ampliamente condenados por el gobierno canadiense y otros países, que ven su detención como una represalia por el arresto de Meng.

El gobierno chino ha negado cualquier conexión entre la detención de los ciudadanos canadienses y la expulsión del diplomático chino. Sin embargo, la medida parece ser parte de una estrategia más amplia para presionar a Canadá para que libere a Meng Wanzhou, quien actualmente está en libertad bajo fianza en Canadá mientras espera la decisión de extradición a Estados Unidos.

Esta tensión entre Canadá y China ha tenido un impacto negativo en las relaciones comerciales y diplomáticas entre los dos países. Desde el arresto de Meng, China ha suspendido las importaciones de productos canadienses, como la carne y la colza, y ha detenido la exportación de canola y productos porcinos canadienses.

Además, la expulsión del cónsul de Canadá en Shanghái es una señal preocupante de que la situación entre los dos países podría empeorar aún más. La medida es un claro mensaje del gobierno chino de que no tolerará lo que considera como una interferencia en sus asuntos internos y que está dispuesto a tomar medidas drásticas para proteger sus intereses.

El gobierno canadiense ha condenado la expulsión del cónsul y ha prometido tomar medidas en respuesta. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha declarado que la medida de China es «completamente inapropiada y sin fundamento» y ha prometido que Canadá tomará medidas para defender sus intereses y valores.