Israel ha gobernado el territorio palestino durante 56 años, utilizando tácticas que han criminalizado los derechos básicos y llevado a cabo encarcelaciones masivas, según un informe presentado por la relatora de la ONU, María Albanese, ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.

El informe revela que desde el inicio de la ocupación israelí en 1967, más de 800,000 palestinos, incluyendo niños de tan solo doce años, han sido detenidos bajo leyes autoritarias aplicadas por el Ejército israelí. Estas detenciones se han llevado a cabo por acciones como expresar opiniones, participar en reuniones, pronunciar discursos no autorizados o intentar hacerlo.

Además, a estos palestinos se les ha negado la protección que implica su estatus de civiles protegidos, ya que viven en territorios bajo el control de una potencia ocupante. En cambio, se les considera culpables de delitos sin pruebas.

La relatora menciona en su discurso que los palestinos se encuentran rodeados de bloqueos, muros, infraestructuras segregadas, puestos de control y colonias judías. Asimismo, se ven sometidos a cientos de permisos burocráticos y a una amplia vigilancia digital. Todo esto ha llevado a los palestinos a vivir en una situación de continuidad carcelaria a través de enclaves controlados por Israel.

Albanese destaca que durante la ocupación israelí, generaciones de palestinos han sufrido privaciones arbitrarias y sistemáticas de su libertad por los actos más simples. Si bien menciona que algunos palestinos han recurrido a la violencia en este período, también señala que muchos de estos actos son consecuencia de la violación del Derecho Internacional. La violación del derecho a la libre autodeterminación y la dominación racial han permitido la adquisición de territorios por parte de Israel mediante el uso de la fuerza.

Ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la relatora hace un llamado a los gobiernos para que no reconozcan ni respalden la «ocupación colonial» ni el aumento de los territorios anexados por parte de Israel.

Este informe de la relatora de la ONU arroja luz sobre la situación en el territorio palestino ocupado y plantea serias preocupaciones en cuanto a los derechos humanos de la población palestina.