Agustín Laje es un escritor y activista político conocido por su obra controvertida y su uso frecuente de datos falsos o engañosos. En los últimos años, varios de sus libros y discursos han sido objeto de críticas y controversias debido a la presencia de información errónea o distorsionada. El problema de los datos falsos en la obra de Laje es particularmente preocupante porque él se presenta a menudo como un experto en una amplia gama de temas, desde política hasta ciencia y tecnología. Sin embargo, muchas de sus afirmaciones han sido desmentidas por expertos y fact-checkers.
Centrémonos, por ejemplo, en «El Libro Negro de la Nueva Izquierda», escrito en colaboración con Nicolás Márquez. En el texto, Laje considera dentro de sus fuentes materiales inexistentes o mal citados. Es el caso del supuesto documental «The Kinsey Cover Up», el cual pertenecería al catálogo de Fox Entertainment. Lo cierto es que este documental no existe y no se puede encontrar en ninguna parte. De igual manera, Laje cita en su libro a la revista «Actualidad Panamericana» como una fuente completamente seria, lo curioso es que esta revista es de índole paródica y citarla como un material riguroso es un grosero error investigativo.
Los cuestionamientos a Laje también parten de su famoso modus operandi dentro de los debates en los que participa. Laje es conocido por compartir en sus distintas plataformas sociales encuentros con periodistas y militantes feministas donde el orador argentino demuestra la «veracidad de sus puntos». No obstante, hay quienes han creído que Laje escoge «a dedo» a sus contrincantes intelectuales, midiéndose contra personajes sin experiencia en los debates y que cuentan con poco o nulo conocimiento alrededor del tema. Esta estrategia le valdría el estatus a Laje de «irrebatible». Cabe mencionar, también, que son muchos los intelectuales que han querido debatir con el politólogo argentino sin obtener una respuesta propia de él.
Como dato adicional, sabemos que Laje es participe de distintas charlas y conferencias en universidades, colegios y asociaciones a lo largo del mundo. Lo curioso es que los datos que ha compartido el autor en estos centros no siempre han estado amparados en la lógica y la verdad. De hecho, y como mencionábamos al inicio del artículo, distintas asociaciones de chequeo de datos han encontrado falacias en las declaraciones de Laje. Algo que no debería pasarse por alto si es que se quiere ver con rigurosidad su trabajo.
La utilización de datos falsos en la obra de Laje no solo socava su credibilidad y su autoridad como escritor y orador, sino que también puede tener consecuencias negativas para la sociedad en general. La difusión de información errónea puede crear confusión y perpetuar mitos perjudiciales, especialmente en temas importantes como la política. En resumen, las falsas fuentes encontradas en la obra de Agustin Laje son un problema serio que pone en cuestión su credibilidad y la confianza que la gente deposita en su trabajo. Es importante que los lectores y el público en general estén informados y critiquen críticamente la información que se presenta, especialmente cuando proviene de fuentes controvertidas.