Luis Alarcón: el genio visual atesorado en un libro

Lluvia… viento, cobijan mis huesos – Acrílico sobre lienzo 97 x 130 cm.

Ramiro Paredes Santolalla
“No hay belleza exquisita sin algo extraño en sus proporciones”.
Roger Bacon
El arte habla para el espíritu porque es la única lengua que llega al corazón del ser. Di un salto al infinito y llegué al fondo de mi corazón, volé con los cometas y sentí el valor de la libertad y disfrute navegando con las alas del viento en un limpísimo cielo azul. Conversaciones con Luis Alarcón.

Luis Alarcón, hombre multifacético: Pintor, escultor en madera poeta y cuentista, fotógrafo y escenógrafo. La vida de Luis es un proceso de rico devenir, en él se conjugan extrañas imágenes con sueños y experiencias.

Es un artista insólito y atrevido que ha roto con los cánones del arte tradicional de Trujillo y ha trascendido los límites, no sólo del Perú, sino de América Latina, ésta afirmación no es gratuita, responde a una nueva estética vital de nuestro tiempo; tiempo agónico y turbulento. Luis, es un hombre síntesis de incontestable valor cuya obra es muy difícil de comprender y explicar, sin embargo, al momento de contemplarla ella nos inquieta, ¿nos perturba y nos impele a preguntarnos qué misterio se esconde en ella?

Dice Antenor Orrego: “La vida forja sus vehículos por sí sola … las formas son la sensibilización de las eternidades. Las manos unen eslabones remotos, los ojos conectan lejanías, los pies abrazan las distancias, las esencias procrean los destinos”.

En sus 41 años de fructífera producción artística hay un permanente fluir. De 1980 hasta 1990, hay una apertura inteligente, si bien, es todavía un pintor académico, no está enajenado a las influencias del pasado, ya no tiene ataduras, es libre. De 1990 al 2000, transita por una ruta estética novedosa debido a que se atreve a abrir caminos insospechados y penetra en la esencia de las formas con trazos definidos. Del 2000 al 2010, Luis asume un estilo simbólico donde la realidad formal adquiere en cada obra una extraña turbulencia enigmática. Del 2000 a la actualidad, su producción plástica y literaria es fecunda. Trabaja en lienzos y en papel de algodón, hace instalaciones que reflejan en su contenido la filosofía de un arte conceptual, sus máscaras y tallas de madera tienen una muy extraña connotación ancestral.

No olvidemos que el espíritu humano se realiza mediante sus obras y en especial en las grandes obras plásticas, pintura, escultura y arquitectura y en las magistrales novelas, como también en la poesía que es la flor enigmática de la palabra. La estética de Luis Alarcón es expresión personal, en ella palpita, como dice Antenor Orrego: “la multiplicidad vital cósmica con el corazón humano”.                                                

Danza sobre el tejado del agua – Acrílico sobre lienzo 130 x 97 cm.

Por Roberto Cores

Libro: Alarcón. Bio-Antología 1984-2020. Una larga amistad.

Con Luis Alarcón, pintor peruano nacido en Huancavelica, mantenemos una amistad entrañable que pronto cumplirá los 40 años. Amistad que se ha mantenido a pesar de la distancia geográfica y no tener comunicación constante. Sin embargo, cada vez que retomamos el diálogo, la conversación fluye como si la hubiésemos suspendido hace unos minutos, y podemos sostenerla al conversar por teléfono o cuando volvemos a encontrarnos. Una vez podrá ser en Lima, la próxima en Trujillo, ciudad en que reside y ha creado y cimentado el cuerpo de su obra, que ha encontrado escenarios en Perú, Latino América y Europa. Producción constante que se extiende, además del compromiso con la pintura y el dibujo, hacia la literatura con sus bien recibidas publicaciones de narración y poesía. En ellas, con la misma fluidez con que sostenemos nuestras espaciadas conversaciones, hace correr la palabra que trae la descripción, interpretación que hace de la cotidiana historia, costumbres y vivencias de los pobladores que con triunfos y desventuras, alegría y dolor, logros y carencias, habitan en la grandiosidad y la dureza de esos paisajes que él ha recorrido y conoce por su capacidad de ver y su interés y constante voluntad de  llegar a establecer esa  comunicación cómoda, sincera, condición que le permite descubrir realidades, ficciones, anécdotas y recibir preguntas y confesiones, que luego serán, la materia que modelará en sus narraciones y dejará intuir en los escenarios de su poesía.

Cuando nos conocimos, Lucho, le digo Lucho, también Luis, estaba en la tarea de montar en la Casa Ganoza su exposición, Visualizando lo invisible, en la que, con gran contento, mutuo, puse mi poco de ayuda. Era una instalación trabajada con madera y cordeles, ocupaba dos de las salas en que después se presentó la Bienal de Trujillo. Recuerdo de ese montaje la gran cometa, madera y sogas y algo de tela. Colocada sobre la pared la pieza de juego infantil tomaba un nuevo significado. Lucho la consideró como el símbolo de la voluntad humana de remontar vuelo enfrentando, recogiendo y venciendo los riesgos y golpes que le da el viento de la vida que le permite ganar altura. Fue una de las primeras en ser realizadas en Trujillo en los años 80.

Ahora me halaga con su gentileza al darme la responsabilidad de hacer esta presentación de su nuevo proyecto realizado, el libro que entrega su biografía y el recorrido por su obra como pintor que egresa de la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de Trujillo en 1984 hasta sus creaciones en este milenio.  Para mí además de halago será poner en acción la memoria, recorrer por recuerdos y apoyos tratando de ofrecer una mirada a su trabajo. Obra de creador que siempre buscó y quiso encontrar la manera de dar sentido y fácil comprensión a los símbolos, sello con que ha marcado su entrega, sobre papel, lienzo, madera, con óleo, tintas, acrílico, empleando la figura, formas y materiales de sus instalaciones.

El libro Alarcón Bio-Antología 1984- 2020 está pensado como una sucesión de capítulos que tienen punto de partida en los años 80. Década en la que con la simbología y la metáfora, sin descripciones, maneja su propuesta sobre tela y papel. Continúa el desarrollo de su recuerdo con la producción de los años 90 al asumir como soporte tela y como medios el óleo y acrílico con los que resuelve su planteo simbólico. La continuidad está expresada en los años 2000 con una constante investigación y producción sobre distintos soportes en los que dispone del manejo de elementos figurativos desprovistos de detalles, adquiriendo siempre la categoría de símbolos y, en relación a paisaje y arquitectura en los que además de una presencia geográfica hay una intención de comentario que visualiza la vivencia y los elementos del entorno. En el capítulo dedicado a su trabajo sobre papel de algodón es interesante anotar la importancia que cobra la tinta con su fluidez y transparencia que permite dar una nueva vocalización a la presencia de la figura humana, detalles de precisión y sugerencias en que podemos ver y saber que esas imágenes en movimiento son resultado de la observación de las danzas y voces peruanas llevadas a una nueva situación de su validez como comunicadora universal. Llamaremos cierre del trabajo a la sección dedicada a su etapa en la que se acentuó la posibilidad del manejo de esa variedad de materiales, tela, papel, madera, óleo, acrílico en los que se ha desarrollado y mantenido la evolución de sus resoluciones con la figura y la conducta humana. Las máscaras y las instalaciones, que ha convertido en uno de sus temas de identidad, traen además del poder expresivo de los materiales esa constante presencia del autorretrato, la máscara y el gato. La máscara que identifica, oculta y propone es una manera de ser presencia en la obra, así como el gato tiene validez de comentario por su cercanía con el hombre que le ha conferido funciones, dignidades y capacidades por su alabado instinto de observación, fidelidad en libertad y portador de beneficios y supuestas maldades. Es como si en ese doméstico animal encontráramos una réplica del ser humano con sus virtudes y defectos.

Ver en el tiempo la obra de Luis Alarcón es un viaje en el que encuentras y llevas de compañía todo ese caudal de representaciones que nos dan pautas de análisis y respuesta, nos colocan en una posición de ser jueces de aquello a lo que nos enfrentan y sin presionar consiguen emitamos nuestras opiniones sobre lo observado. La nueva tarea de Luis Alarcón con su libro abre puertas para ver en Trujillo un punto de emisión y recepción de corrientes creativas que continúen con el legado recibido de anteriores pobladores que hicieron del arte un vehículo de permanencia con el registro de los signos de identidad que han sobrepasado los vaivenes de los siglos. Con esto de respaldo y sus propias cualidades y calidades, Luis Alarcón tiene un espacio en el arte latinoamericano.

Un comentario en “Luis Alarcón: el genio visual atesorado en un libro

  1. Proloquios.com, es un espacio que cubre la falta de información de los hechos culturales que se desarrollan en Trujillo.
    Felicito a Alejandro Santa María, por este espacio de necesidad urgente.

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