La ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, enfatizó recientemente la responsabilidad histórica de su país en la prevención de futuras guerras y crímenes. Durante su visita a Nueva York para conmemorar el vigésimo quinto aniversario de la creación de la Corte Penal Internacional (CPI), Baerbock afirmó que Alemania tiene la obligación de fortalecer el derecho internacional y prevenir genocidios y crímenes contra la humanidad.

En una entrevista con la jefa de la oficina de DW en Washington DC, Ines Pohl, Baerbock expresó su consternación por la decisión del presidente ruso, Vladimir Putin, de no prorrogar el acuerdo que permitía a Ucrania exportar sus cosechas de granos durante la guerra en curso. La ministra alemana instó a los países afectados, no solo de Europa, sino también de África, América Latina y Asia, a dirigirse directamente a Putin para presionarlo a revertir esta medida. Según Baerbock, la voz unificada de los países afectados puede marcar la diferencia en esta situación.

Baerbock reconoció los desafíos que enfrenta la CPI en su objetivo de garantizar la rendición de cuentas y cerrar la brecha en la jurisdicción del tribunal. Más de un tercio de los Estados miembros de la ONU, incluidos Estados Unidos, no han ratificado el Estatuto de Roma, tratado que establece la creación de la CPI. La ministra alemana destacó la importancia de cerrar esta brecha y recordó los juicios de Núremberg, celebrados después de la Segunda Guerra Mundial, como ejemplos de rendición de cuentas histórica.

Baerbock también hizo hincapié en la necesidad de que más países se adhieran al Estatuto de Roma. Actualmente, 123 países son signatarios, pero se requiere un mayor compromiso global. En el contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania, la CPI emitió una orden de detención contra el presidente ruso, Vladimir Putin, por su presunto papel en el secuestro de niños ucranianos. Baerbock enfatizó la importancia de utilizar la ley y reunir a aquellos que creen en ella para responder a las agresiones y conflictos armados llevados a cabo por miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, incluido Rusia.

En cuanto a la política de de-risking de Estados Unidos hacia China, Baerbock destacó la necesidad de que Europa también cambie su enfoque hacia Pekín. A medida que China ha cambiado en los últimos años, la política europea debe adaptarse a esta nueva realidad. Alemania publicó recientemente una estrategia para abordar su relación con China, advirtiendo sobre el uso del poder económico chino para lograr objetivos políticos y destacando la importancia de reducir los riesgos en un mundo globalizado interconectado.

Por último, Baerbock subrayó la importancia de que Alemania deje de depender de Rusia, una «dictadura autocrática», especialmente en el ámbito energético. Desde la invasión rusa a Ucrania el año pasado, Alemania ha trabajado para diversificar su suministro de energía, reduciendo su dependencia del gas ruso y buscando alternativas, como la importación de gas natural licuado (GNL) de Estados Unidos.