Cualquier experta en belleza sabe que tomar el sol es perjudicial para la piel y que una quemadura solar es un problema serio que a largo plazo puede tener consecuencias. Sin embargo, cada año los dermatólogos atienden multitud de eritemas solares. Antes de que fuéramos conscientes de la importancia de la protección solar, las quemaduras solares eran la puerta de entrada al bronceado. Pero ahora no hay excusa. Sabemos que no existe el moreno saludable y lo importante que es utilizar un protector solar de amplio espectro con un SPF alto para protegernos de la radiación solar, que, en el peor de los casos origina cáncer de piel. Una afección que según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) ha aumentado un 40% en los cuatro últimos años. Pero ¿qué es exactamente una quemadura? “Es una reacción inflamatoria aguda y visible en la piel por una exposición excesiva a la radiación ultravioleta, concretamente a los rayos UVB. Se produce cuando sobrepasamos el tiempo de exposición al sol, entonces la melanina, pigmento que le da color a la piel y la defiende de los rayos del sol, ya no nos puede proteger”, explica la Dra. Teresa Fernández Morano, dermatóloga miembro del GEDET (Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica) de la AEDV. Los expertos inciden en la importancia de entender el bronceado como un mecanismo de protección frente al eritema solar y no como un hábito saludable. “Hay conciencia solar pero aún así, cada año atiendo a muchas personas con quemaduras. El motivo principal es que, aunque aplican fotoprotector no utilizan la cantidad apropiada ni reaplican cada dos horas”, comenta la Dra. Amparo Rodríguez, directora del Centro Dermatológico Amparo Rodríguez. Continúa leyendo Aplicar hielo, poner aceite y otros grandes errores que conviene evitar ante una quemadura solar