Por: Camila Calderón
Cada vez son más las personas que se sienten inseguras ante la delincuencia en el país, tal es así que, según datos de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), la importación de armas de uso civil registró un aumento del 55.8% a mayo de este año.
De acuerdo al desempeño de compras, las pistolas semiautomáticas y revólveres son las más solicitadas. Mientras los principales proveedores de las primeras fueron Estados Unidos y Turquía, los segundos provienen de Brasil.
En ese sentido, de acuerdo a datos del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), cinco de cada 10 personas consideran adquirir un arma. Dicha cifra corresponde, en su mayoría, a personas de 25 a 39 años que viven en la capital y pertenecen a niveles socioeconómicos altos.
“La mayor predisposición se percibe en hombres que en mujeres, así como en aquellas personas que apoyarían a un líder que acabe con la delincuencia, aunque no respete los derechos de la población”, menciona IEP. Este aumento en el interés por las armas va de la mano con el incremento de la percepción de inseguridad, la cual alcanzó el 79% entre enero a abril.
Dicha percepción no es ajena a la realidad. La Policía Nacional del Perú (PNP) reveló que los incidentes de robos se han incrementado en los últimos años. Solo en el primer trimestre del 2023, el número de casos fue de 26.652 robos (296 al día), 47% más en comparación al mismo periodo del 2021.
Aunque la medida de portar armas puede sonar extremista, lo cierto es que son varios los países, como Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Uruguay, en los que está permitido el uso civil con licencia; pero ¿realmente es una alternativa en la lucha contra la violencia?
De acuerdo a Eugenio Wigend Vargas, experto en prevención de lesiones por armas de fuego de la Universidad de Michigan, portar este artefacto no establece la igualdad entre el malhechor y ciudadano.
Advirtió que, suponiendo que el ciudadano logre abatir al agresor, esto también puede generar un ciclo de violencia. “El delincuente forma parte de la sociedad. Tiene familiares, amigos y quizá pertenece a una banda que posiblemente va a buscar venganza”, explica.
Al respecto, Carlos Pérez Ricart, autor del estudio “¿Más armas, más violencia? Evidencia de una compleja relación desde América Latina”, indicó que si bien la ecuación no se aplica en cualquier situación, en lugares violentos, como América Latina, sí.
Ello se ve reflejado en que, pese a que la región cuenta con la política de armas más restrictiva en el mundo, concentra el 37 % de homicidios de todo el planeta, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Fuente: Infobae
