Europa. Ante las sequías, el riego con aguas residuales puede ser una opción

Los enfrentamientos entre activistas ecologistas y agricultores en el sur de Francia durante esta primavera boreal han puesto de manifiesto un nuevo nivel de tensión en medio de la creciente escasez de agua que afecta a Europa. Esta problemática ha resaltado los desafíos que enfrentan tanto la industria como la agricultura en un contexto de sequía y cambio climático.

La construcción de una cuenca de captación de aguas pluviales, destinada a abastecer a los agricultores afectados por la sequía, ha desatado protestas por parte de miles de manifestantes. Aunque el propósito de esta infraestructura es garantizar el suministro de agua a los sectores agrícolas, la oposición se basa en legítimas preocupaciones ambientales, incluida la posible reducción de los acuíferos y los daños a los ecosistemas. Estos enfrentamientos no solo han dejado heridos en ambos lados, sino que también han resaltado la necesidad de abordar de manera efectiva el desafío de la escasez de agua.

El impacto de la sequía se extiende más allá de los enfrentamientos entre manifestantes y autoridades. Países como Italia, España y Francia, que se encuentran en la región sur de Europa, están experimentando los estragos de la sequía en sus reservas de agua. En España, por ejemplo, el Ministerio de Medio Ambiente y Agricultura ha informado que las reservas de agua están apenas al 41%. Esta situación pone de relieve cómo la extracción excesiva de agua por parte de la industria y la agricultura está exacerbandola sequía y el aumento de las temperaturas, que son consecuencia directa del cambio climático.

La sequía no solo impacta en el sector agrícola, sino que también afecta al sector energético en países como Francia y Bulgaria. En 2022, varias centrales nucleares francesas tuvieron que cerrar debido a la alta temperatura del agua en los ríos, lo que podría repetirse este año si no se toman medidas.

En medio de esta crisis, se han propuesto soluciones innovadoras para abordar la escasez de agua y su uso sostenible. Una de estas soluciones es el reciclaje de aguas residuales de la industria para su uso en la agricultura, en lugar de desperdiciar agua potable. La Unión Europea ha establecido requisitos mínimos para el reciclado y uso del agua en la agricultura, lo que obliga a los Estados miembros a tratar las aguas residuales de manera que puedan ser reutilizadas en la agricultura. Esta medida podría sustituir hasta el 45% del riego con aguas subterráneas en países como Francia, Italia y Grecia. Sin embargo, la efectividad de esta estrategia depende de la calidad del agua reciclada y de la adecuada regulación para garantizar la eliminación de contaminantes.

Marc Bierkens, hidrólogo de la Universidad de Utrecht, ha señalado que en la agricultura se están implementando estrategias para optimizar el riego, como el riego por goteo y la elección de cultivos menos sedientos en agua. El experto sugiere reemplazar cultivos como el arroz con opciones más eficientes en el consumo de agua, como el trigo de invierno y las leguminosas, como el mijo, las lentejas y los garbanzos, que son más resistentes a los periodos secos.

Además de la gestión del agua en la agricultura, la infraestructura de suministro de agua potable también juega un papel crucial. Un alto porcentaje de agua potable se pierde debido a fugas en las tuberías, llegando a niveles preocupantes como el 60% en Bulgaria y el 40% en Italia. La Comisión Europea propone una actualización de la Directiva sobre agua potable para mejorar el control de desperdicio de agua y fugas, y alentar la inversión en medidas y recolección de datos.

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