Virgen de la Puerta peregrinará a Trujillo

Se ha confirmado la próxima Peregrinación de la Sagrada Imagen de la Inmaculada Virgen de la Puerta a Trujillo. Esta devota visita ha sido posible gracias a la incansable labor del Arzobispo de Trujillo y Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Mons. Miguel Cabrejos Vidarte, OFM, el Presidente de la Hermandad de la Virgen de la Puerta de Otuzco, el Prof. Renato Perales Herrera, y el Párroco de la Parroquia de Otuzco, el Pbro. Ronal González Estela.

La significancia de esta peregrinación se inscribe en la conmemoración del Quinto Aniversario de la Coronación Canónica de la Sagrada Imagen, un honor otorgado por el Papa Francisco en 2018. En esa ocasión, Su Santidad la declaró Madre de la Misericordia y la Esperanza, lo que resalta su papel como figura de consuelo y guía espiritual en momentos de dificultad.

El itinerario de la peregrinación ha sido cuidadosamente trazado. La «Mamita de Otuzco» partirá desde su Santuario en Otuzco el viernes 08 de septiembre, llegando a la Catedral de Trujillo el mismo día. La imagen también visitará los hospitales de la ciudad al día siguiente, extendiendo así su bendición y amor a los enfermos y necesitados.

La culminación de esta peregrinación se llevará a cabo el domingo, 10 de septiembre, a las 4:00 pm en la Plaza de Armas. Una solemne Eucaristía será el epicentro de la celebración, seguida por un recorrido procesional alrededor de la plaza, llevando consigo las oraciones y esperanzas de la comunidad.

El 11 de septiembre, la Sagrada Imagen se quedará en la Catedral para ser parte de la ceremonia de Ordenaciones Diaconales de los seminaristas de la Arquidiócesis. El lunes 12 de septiembre, la imagen retornará a Otuzco, dejando atrás un rastro de devoción y renovada espiritualidad.

Además de su significado religioso, esta peregrinación también ha cobrado un especial sentido ante los desafíos que enfrenta la ciudad de Trujillo, especialmente en relación con la criminalidad y las extorsiones. Mons. Miguel Cabrejos no ha sido indiferente a esta difícil situación y ha destacado la pérdida del sentido de la dignidad humana como una de las raíces de estos problemas. En sus palabras, «la vida no tiene precio», y ha subrayado la necesidad de retornar a la espiritualidad y a Dios como una vía para restablecer los valores y principios fundamentales.

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