Rusia. La complicada relación con África a miras de la cumbre BRICS

La influencia de Rusia en el Sahel ha capturado la atención internacional debido a una serie de eventos geopolíticos que han puesto de manifiesto su creciente presencia en esta región africana. A medida que Rusia amplía su influencia global, su participación en el Sahel, marcada por una serie de relaciones diplomáticas y cooperación militar, ha generado debate y análisis en la comunidad internacional.

El reciente golpe militar en Níger ha resaltado la progresiva influencia de Rusia en el Sahel, un área que ha sido testigo de varios golpes de Estado en los últimos años. Países como Mali y Burkina Faso, que experimentaron sus propios golpes de Estado en 2021 y 2022 respectivamente, han expulsado a las tropas de la antigua potencia colonial, Francia, y han buscado fortalecer sus relaciones diplomáticas con Moscú. La postura de Rusia en estas situaciones ha sido de apoyo a una «resolución pacífica», como destacó el presidente Putin. Sin embargo, analistas como Frederick Golooba-Mutebi, experto en asuntos sociopolíticos de la región de los Grandes Lagos de África Oriental, sugieren que Rusia persigue sus propios intereses en el Sahel, similar a cómo otras potencias occidentales han hecho en el pasado.

La relación de Rusia con los países africanos no se limita únicamente a sus operaciones militares, sino que también involucra intereses económicos y políticos. Aunque persiste la narrativa de que Rusia contribuye en menor medida a las economías africanas en comparación con su involucramiento militar, es importante destacar que para algunos países africanos, la cooperación con Rusia puede ser vista como una oportunidad para la diversificación de sus relaciones internacionales y para beneficiarse de la participación en cumbres como los BRICS. El enfoque de los ciudadanos africanos en cómo sus países pueden beneficiarse de estas relaciones emergentes y de la cooperación en torno a estas potencias sugiere una perspectiva más pragmática y realista sobre la influencia rusa en la región.

La Cumbre Rusia-África de este año proporciona un ejemplo notable de las complejidades de las relaciones entre Rusia y África. Si bien solo 17 líderes africanos participaron en la cumbre, en comparación con los 43 de la primera cumbre en 2019, no se puede interpretar esta disminución como un rechazo hacia Rusia. Más bien, refleja la cautela y la sensibilidad de los líderes africanos hacia las percepciones y expectativas de otros países y medios de comunicación occidentales.

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