«Mucha gente lo ha dicho, pero nadie ha patentado, que yo sepa, la frasecilla: la cultura es de izquierdas. Nunca entendí cómo podía teñirse de un determinado color político algo tan sustancialmente ligado al único animal con dos apellidos, el homo sapiens sapiens, ese individuo perteneciente a la especie de monos erguidos que hace solo unos pocos miles de años comenzó a imponer su ley en el planeta Tierra. Si hay algo común a todos los hombres, al margen de su sexo, su raza, su ideología o su religión, eso es la cultura, justamente porque la cultura es el elemento privativo de la humanidad, el rasgo específico que nos separa de los animales (o de los demás animales, para ser más precisos). De manera que la cultura es de todos, de la izquierda, del centro y de la derecha, de los pacíficos y de los violentos, de los perversos y los bondadosos; ello fue así desde el Paleolítico hasta nuestros días y seguirá siéndolo en este siglo XXI y cinco o seis milenios después, si es que la especie humana —frágil y quebradiza donde las haya— no hace mutis antes por el foro de la extinción (…)» Continúa leyendo Cultura en libertad