Es machine learning, no inteligencia artificial.
No, la «inteligencia artificial» como tal, en el sentido de «máquina inteligente», no existe. En su definición de diccionario, «programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico», la disciplina ha llegado, como sabemos, a ejecutar tareas relativamente complejas sujetas a una serie de reglas generalmente expresadas como restricciones, y así tenemos programas capaces de jugar al ajedrez, al Go, a videojuegos, a buscar rápido en una base de datos y simular una comprensión del lenguaje humano, o al poker, o más recientemente capaces de expresar ideas en forma de texto, de dibujos o de vídeo. ¿Quiere decir eso que tenemos máquinas inteligentes? En absoluto. Simplemente quiere decir que son capaces, tomando una serie de datos, de reproducir los patrones que generan un resultado concreto. En modo alguno esas máquinas pueden hacer más cosas que aquellas operaciones concretas para las que han sido programadas, ni mucho menos aún, adquirir una supuesta «conciencia». En ningún caso estamos todavía ahí, ni lo estaremos en mucho tiempo.
De otros lado, la marcha hacia la implantación de soluciones algorítimicas que sirvan como instrumentos para la solución de conflictos ha de ser una marcha concertada, no ya en el ámbito nacional sino de carácter internacional.
Fuente: sobre la base de los artículos de Manuel Marchena y Enrique Dans.