El año 2022 resultó complicado para los cultivadores de banano de Perú y del mundo debido a la inundación del mercado europeo y norteamericano por la producción ecuatoriana, cuyo principal mercado, Rusia, se les había cerrado. A pesar de que Perú comercializa bananos orgánicos y Ecuador ofrece productos convencionales, la gran cantidad de fruta en los mercados provocó una caída en los precios. Además, a principios del año pasado, se registraron algunos problemas de integridad orgánica del banano peruano debido a la detección de rastros químicos en algunos lotes.
Para afrontar esta situación, Diego Balarezo, Gerente de Programa de Frutas Perú de la organización no gubernamental Solidaridad, en colaboración con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), está promoviendo la instalación de biofábricas para la elaboración de biofermentos en las asociaciones de productores de banano en Piura. El objetivo es ayudar a los cultivadores a manejar mejor sus campos y asegurar la cadena orgánica de la oferta peruana de banano.
Sobre el prometedor proyecto, Balarezo pronunció lo siguiente: «Tenemos instaladas cuatro a la fecha, pero se espera llegar a ocho. Previamente, hemos analizado qué era más beneficioso para el productor: si comprar biofermentos a una casa comercial, que cada productor haga su propio producto o que lo produzca la asociación de manera centralizada y se le cobren a los socios a costo de producción. Los números arrojan que la tercera opción, de manera centralizada, es la más barata, eficiente y de mejor calidad. Esto último es importante porque hemos visto que algunos se mandaron hacer el biofermento sin una receta establecida y pueden tener un resultado perjudicial. Entonces, mantener el control y la homogeneidad del producto es muy importante.»
Se espera que estas construcciones se den durante todo el año y sirvan para dinamizar la economía piurana y nacional.