París arde en llamas. No, no se trata del título de alguna novela romántica; es la realidad de la capital francesa en las últimas semanas. Las manifestaciones en contra del gobierno del centrista Macron han escalado con fuerza y el llamado a la acción radicalizada ha ganado un número importante de adeptos. ¿A que se debe este levantamiento de las masas? ¿Podrá Emmanuel Macron sortear la presión organizada?

Los reclamos parten de una acción tomada por el poder en los últimos meses: el gobierno central francés tomo la decisión de llevar a cabo una reforma en el sistema de pensiones. El efecto directo de dicha reforma sería subir la edad de jubilación de 62 a 64 años.

Esta decisión no fue del agrado de la clase trabajadora francesa, quienes sostienen que esta reforma es un llamado progresivo a soslayar los derechos laborales y a excusarse en la productividad para normalizar el abuso laboral y la explotación.

Por su parte, el Parlamento Francés fracasó en la iniciativa por censurar a Emmanuel Macron. Tras proponer el pasado 20 de marzo una moción de censura y fallar al ejercer el control político solo por 9 votos. A pesar del señalado fracaso, esto probaría una vez más la debilidad del gobierno francés.

Macron, el mayor involucrado en las protestas, ha declarado que no cederá en este aspecto. «Se trata de sentido común», dijo el mandatario. Recordemos que no es la primera vez que este gobierno francés se enfrenta a severas protestas. Anteriormente, el movimiento de los chalecos amarillos llevo a una crisis dentro de las altas esferas de poder del país europeo.