Por: Ariadna Hernández Castillo
Distan mucho los tiempos en los que en Grecia se le rendían honores a Rea, la madre de los dioses Zeus, Poseidón y Hades, y a través de ella, a todas las madres. Como en aquella época, hoy seguimos celebrando el Día de la Madre con muestras materiales y costosas, cuando en realidad no siempre son valiosas para ella, ya que lo más importante es decirle cuánto se le quiere.
Una madre invierte todo su tiempo y buena parte de su vida en la crianza, la formación y el desarrollo de su hijo. Todo ello no tiene precio y solo se ve recompensado por el amor que un corazón agradecido puede brindarle. ¿Qué mueve el corazón de una madre? Principalmente, la felicidad de un hijo. Así que si quieres hacer feliz a mamá, sé feliz tú y podrás darle el verdadero obsequio que ella espera desde siempre.
El Día de la Madre debe ser un día muy largo, pues debe durar toda tu vida. Durante este tiempo, bríndale pequeños grandes detalles para hacer que ella siempre tenga un hermoso día. Llámala solo para decirle: «Gracias, mamá, por lo que soy». Cómprale una de sus frutas preferidas, lávala, córtala en pedacitos y llévasela, siéntate junto a ella y disfruta viéndola comer y dale las gracias por las tantas veces que ella hizo lo mismo por ti.
Un día cualquiera, al pasar cerca de ella, mírala con amor y arregla ese cabello desaliñado que seguramente tiene y dile que amas esas canitas y dale las gracias porque esas canitas tienen tu nombre. Cámbiale la letra a su canción preferida por frases de tu amor por ella, cántasela y baila esta tonada. Mientras lo haces, mírala y disfruta de su cara de encantador asombro y felicidad.
Para agasajar a mamá, solo inspírate en tu creatividad, las ideas fluirán y siempre tendrás un detalle para regalar. Por ejemplo, si sabes cuál es su postre favorito, entonces prepáralo y sírveselo con una flor en la mesa. Otro día puedes escribirle una nota bonita y dejársela para que ella la encuentre en algún lugar y aún en tu ausencia sonría pensando en ti. También le gustará que le comentes lo delicioso de su aroma de felicidad que te recuerda los mejores momentos.
Este Día de la Madre, ensaya una de estas propuestas que unen corazón y razón, sensibilidad e inteligencia, dulzura para imaginarlas y valentía para hacerlas. Guarda su sonrisa en tu corazón y sé feliz. Recuerda que tu felicidad será su mejor regalo.