Si hay un peruano que puede jactarse de haber jugado con uno de los mejores jugadores de la historia ese es Nolberto Solano. De hecho, una anécdota tuvo lugar en Boca Juniors cuando el legendario Diego Maradona bautizó a Nolberto Solano como «Maestrito». Esta historia es un claro ejemplo del respeto y la admiración que el genio argentino tenía por el talento del jugador peruano.

Corría el año 1997 y Nolberto Solano, conocido como ‘Ñol’, se había unido a las filas del prestigioso club argentino Boca Juniors. Aunque ya era reconocido en su país natal como un talentoso futbolista, Solano debía demostrar su valía en el exigente fútbol argentino.

Durante los entrenamientos, Maradona solía presenciar las sesiones de práctica del equipo. En una ocasión, mientras observaba atentamente los tiros libres ejecutados por Solano, quedó sorprendido por la calidad y la precisión de sus disparos. La técnica y el estilo del peruano al golpear el balón eran notables.

Impresionado por lo que veía, Maradona se acercó a Solano y, con una sonrisa en su rostro, exclamó: «¡Maestrito!». Con estas palabras, el ídolo del fútbol argentino reconocía el talento y la maestría de Solano en el arte de los tiros libres. A partir de ese momento, el apodo «Maestrito» quedaría asociado para siempre con el jugador peruano.

La noticia rápidamente se difundió por los medios y se convirtió en una muestra más del impacto que Maradona tenía en el mundo del fútbol. La prensa y los aficionados no tardaron en adoptar el apodo, y Solano fue conocido cariñosamente como el «Maestrito» a lo largo de su carrera.

Este encuentro significativo entre dos grandes del fútbol, Diego Maradona y Nolberto Solano, refleja la admiración y el reconocimiento que los talentos reconocen en sus pares. Maradona, considerado uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, no dudó en elogiar y destacar la habilidad excepcional de Solano en los tiros libres.

La relación entre ambos futbolistas no se limitó a este encuentro puntual. Maradona y Solano tuvieron la oportunidad de compartir momentos en otros contextos, como en la selección argentina cuando Maradona fue su director técnico. Estas experiencias fortalecieron aún más los lazos de respeto y admiración mutua entre ambos.

El legado de este episodio perdura hasta hoy, recordándonos que el fútbol es un deporte que trasciende las rivalidades y las nacionalidades, y que el reconocimiento de un talento excepcional puede unir a los jugadores y a los aficionados. El «Maestrito» Nolberto Solano siempre llevará consigo el honor de haber sido bautizado por el gran Diego Maradona, un gesto que destaca la grandeza del fútbol y el respeto entre los jugadores.