El fenómeno delictivo conocido como el «Tren de Aragua» ha logrado expandirse a varios países de la región, incluyendo Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, así como a algunos países europeos como Bélgica, España, Italia, Portugal y Rumania. Esta red criminal, compuesta por más de 4.000 miembros, ha logrado establecerse en diferentes lugares y ha puesto en jaque a las autoridades de seguridad.

Recientemente, las autoridades policiales han establecido vínculos entre este grupo delictivo y un secuestro ocurrido en el mes de abril, en el que el empresario Óscar Paiva Guadalupe, propietario del night club «El Molino Rojo», fue secuestrado. Los captores exigieron un rescate de 500.000 soles por su liberación, una cifra similar a la solicitada en el secuestro de otro empresario conocido como el empresario cevichero, donde el pago nunca llegó a concretarse.

La información proporcionada por el jefe de la Dirincri confirma que Paiva Guadalupe estuvo secuestrado en las instalaciones del «Tren de Aragua», basándose en las características de la infraestructura utilizada para su cautiverio.

Según la Policía Nacional del Perú (PNP), las organizaciones delictivas en el país han evolucionado en los últimos meses, pasando de cometer robos con violencia conocidos como «raqueteo» a enfocarse en el secuestro de personas. Los objetivos de estos secuestros pueden ser profesionales o emprendedores exitosos que cuentan con negocios prósperos.

El General Flores Solís, representante de la PNP, informó que en lo que va del año se han registrado nueve secuestros en Lima Metropolitana. Sin embargo, se debe tener en cuenta que también se han identificado casos de autosecuestros.

Las autoridades peruanas han intensificado los operativos para detener esta ola de secuestros, logrando desmantelar varias bandas delictivas en su mayoría compuestas por criminales de origen extranjero.

Hasta la fecha, la PNP ha desarticulado organizaciones criminales relacionadas con el «Tren de Aragua». Entre ellas se encuentran «Los Pargos del Tren de Aragua», responsables del secuestro del empresario químico José Gabriel Silva Vásquez en diciembre de 2022. Silva Vásquez fue retenido durante 58 días en diferentes viviendas de San Juan de Lurigancho y logró escapar aprovechando un descuido de sus captores. Los secuestradores exigieron un rescate de 500.000 dólares por su liberación.

Otras bandas criminales desarticuladas incluyen a «Los Secos de Maracay», «Los Malditos de Cahua», «Los Secos de San Juan de Lurigancho», «Los Goteros» y «Los Secos de Venezuela», todas ellas con vínculos con el «Tren de Aragua».

Existen dos modalidades de secuestro que han sido identificadas. La primera es el llamado «secuestro express», que tiene una duración corta y busca obtener las pertenencias de la víctima. La segunda es el secuestro clásico, en el que la persona es privada de su libertad durante varios días o incluso semanas, y se exige un rescate considerable a cambio de su liberación.

Durante el año 2022, el Ministerio Público registró un total de 3.398 denuncias por secuestro, y solo en los primeros tres meses de 2023 se recibieron 944 denuncias por este delito, lo que refleja la gravedad y la necesidad de abordar esta problemática de manera urgente.