El optimismo crece para alcanzar un acuerdo histórico entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur este año, según declaraciones del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva. Durante la cumbre UE-CELAC, ambos bloques renovaron su relación política y económica y lograron un acuerdo para condenar la guerra en Ucrania, aunque sin incluir a Nicaragua.
Lula da Silva señaló que en un plazo de dos o tres semanas, los países del Mercosur presentarán a la UE su contrapropuesta sobre el capítulo ambiental para el acuerdo entre los bloques. El presidente brasileño afirmó estar «muy optimista» de que se pueda concluir este acuerdo antes de que finalice el año. Destacó la importancia de alcanzar un acuerdo durante la presidencia española del Consejo de la UE y su propia presidencia temporal en el Mercosur.
Sin embargo, algunos actores también han advertido sobre las consecuencias negativas si el acuerdo no se concreta. La Federación de la Industria Alemana (BDI) advirtió sobre las «consecuencias fatales» que tendría el fracaso del acuerdo comercial para la política comercial de la UE. Wolfgang Niedermark, miembro de la junta ejecutiva de la BDI, hizo hincapié en la importancia de tener en cuenta las necesidades de los países del Mercosur para cerrar el acuerdo en el segundo semestre del año. Además, destacó que la cooperación con América Latina y el Caribe es esencial para la estrategia de diversificación de la UE, ya que la región representa un mercado importante para las empresas europeas en sectores como las energías renovables y las materias primas.
Las negociaciones entre la UE y el Mercosur han enfrentado obstáculos en el pasado. Aunque se anunció un principio de acuerdo en 2019 después de dos décadas de negociaciones, el proceso se estancó debido a la exigencia de los europeos de incluir un capítulo adicional sobre cuestiones ambientales. En marzo, la UE presentó su visión de este capítulo ambiental a los países del Mercosur, pero Brasil rechazó firmemente esta propuesta.
A pesar de los desafíos, las declaraciones optimistas del presidente Lula da Silva y el interés de la UE en fortalecer la relación con el Mercosur indican que ambas partes están comprometidas en alcanzar un acuerdo beneficioso para ambas regiones. Un acuerdo entre la UE y el Mercosur no solo tendría implicaciones económicas, sino que también fortalecería los lazos políticos y abriría nuevas oportunidades de cooperación en diversos sectores. Ahora, queda por ver si las partes pueden superar los obstáculos pendientes y llegar a un consenso satisfactorio en las próximas semanas.
