En un contexto político marcado por la polarización, Perú vive una nueva etapa en su Congreso para el período 2023-2024. La alianza conformada por agrupaciones de derecha, encabezada por el partido fujimorista Fuerza Popular y el autodenominado marxista Perú Libre, ha alcanzado la Presidencia del Congreso peruano y ha colocado al legislador Alejandro Soto en la primera posición de la sucesión constitucional de la jefatura de Estado, en caso de que Dina Boluarte dimita o sea destituida.

El proceso de elección del presidente del Congreso no estuvo exento de controversia, ya que la lista presidida por Alejandro Soto, miembro del partido derechista Alianza por el Progreso (APP), se impuso a la liderada por el también centroderechista Luis Aragón, de Acción Popular (AP), por un margen significativo de 77 votos a favor contra 39 de su rival. Además, se registraron 4 votos en blanco y 8 nulos, lo que refleja la diversidad de opiniones y posturas políticas dentro del Congreso.

Alejandro Soto, un abogado de 63 años nacido en Cuzco, ha cobrado relevancia en la arena política debido a su participación en las protestas antigubernamentales que ocurrieron en el sur de Perú tras el fallido autogolpe del expresidente Pedro Castillo durante su mandato entre 2021 y 2022. Asimismo, Soto se ha destacado por su controvertida aparición en un espacio televisivo, en el que se entrevistó a sí mismo en varias ocasiones, lo que ha generado críticas y comentarios tanto a favor como en contra.

La composición de la alianza ganadora muestra una amalgama de fuerzas políticas que buscan guiar el rumbo legislativo del país durante el período 2023-2024. Hernando Guerra García, representante de Fuerza Popular, ocupará el cargo de primera vicepresidencia del Congreso, mientras que la segunda vicepresidencia será asumida por Waldemar Cerrón, de Perú Libre, y la tercera vicepresidencia estará a cargo de Roselli Amuruz, del partido derechista Avanza País.

Sin embargo, esta elección se lleva a cabo en un momento en el que el Congreso enfrenta altos niveles de desaprobación ciudadana, y las protestas antigubernamentales han resurgido con fuerza. Los manifestantes exigen la renuncia de Dina Boluarte, el cierre del Legislativo y la convocatoria a elecciones generales y a una asamblea constituyente. Estas demandas reflejan el descontento y la falta de confianza de una parte importante de la población en las instituciones políticas y sus representantes.

Durante la votación en el hemiciclo del Congreso, un grupo de manifestantes se congregó en los exteriores del Palacio Legislativo para expresar su rechazo a los parlamentarios y reiterar su pedido de cierre del Congreso. El escenario se volvió tenso cuando los manifestantes fueron rodeados por agentes antidisturbios de la Policía Nacional del Perú (PNP), lo que pone de manifiesto la delicada situación y la necesidad de encontrar caminos de diálogo y entendimiento entre los actores políticos y la ciudadanía.