El fiscal adjunto de la Fiscalía Provincial Mixta Corporativa, Jhon Henry Venturo Márquez, dictó una sentencia condenatoria sin precedentes en el juicio oral contra Julio César Alcalde Rengifo, un ex-policía acusado de homicidio calificado por alevosía en agravio de Rosa Elvira Arteaga Verde.
Los trágicos acontecimientos tuvieron lugar el 2 de junio de 2022, cuando la señora Rosa Elvira Arteaga Verde se encontraba en su hogar cuidando de su nieta. Era una noche aparentemente tranquila, con los padres de la niña asistiendo a un culto religioso. Sin embargo, esa paz se vio devastada por el ex-policía César Alcalde, quien, montado en una motocicleta y vestido con ropa oscura, apareció cerca de la vivienda.
Sin mediar palabra, Alcalde Rengifo tomó su arma de fuego y disparó a través de la ventana, alcanzando a la señora Arteaga Verde en la cabeza. El proyectil, después de chocar contra un objeto metálico, continuó su recorrido hasta rozar una cama en una habitación cercana, mientras la nieta de 15 años de la víctima observaba horrorizada. A pesar de los esfuerzos de la comunidad y los vecinos para brindar auxilio, Rosa Elvira Arteaga Verde falleció antes de llegar al hospital.
La investigación que siguió arrojó luz sobre los motivos detrás de este horrendo acto. Se descubrió que Alcalde Rengifo actuó impulsado por un deseo de venganza, desencadenado por un altercado previo en el que su madre lo había reprendido y abofeteado por haber intimidado a los residentes de la vivienda de la nieta de la víctima en El Porvenir.
El trabajo forense llevado a cabo por la Oficina de Peritajes del Ministerio Público no dejó lugar a dudas: el disparo fatal provenía del arma de fuego que estaba en posesión del acusado. Esta prueba irrefutable, junto con la valiente testimonio de la joven nieta y otros elementos de prueba, allanaron el camino para la condena de Julio César Alcalde Rengifo.
La sentencia condenatoria de 20 años de pena privativa de libertad, junto con una reparación civil de S/ 80,000 soles, no solo representa un triunfo para la justicia y la comunidad de El Porvenir, sino que también envía un mensaje claro y contundente sobre la inaceptabilidad de la violencia y la necesidad de rendir cuentas por los actos atroces. Esta sentencia establece un precedente importante y actúa como un recordatorio de que ningún individuo, sin importar su posición o poder, está por encima de la ley.
