La Administración General de Aduanas de China anunció la suspensión de la importación de frutas desde Taiwán a partir del 22 de agosto de 2023. Esta decisión se basa en la detección de una plaga que se considera una «grave amenaza para la seguridad agrícola y ecológica», según Zhu Fenglian, portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado de China.
La plaga en cuestión no ha sido detallada en el comunicado oficial, pero se espera que sea una variedad que afecta a las plantas frutales cultivadas en Taiwán. Las autoridades chinas han exigido a Taiwán que mejore sus medidas de cuarentena y examen fitosanitario para cumplir con los estándares de bioseguridad establecidos. Esta no es la primera vez que China toma medidas de este tipo, ya que el pasado agosto impuso sanciones comerciales a Taiwán al prohibir la importación de cítricos, brotes de bambú congelados y tipos de pescado debido a la detección de plagas similares.
Sin embargo, la decisión de suspender la importación de frutas de Taiwán ha suscitado especulaciones sobre posibles motivaciones políticas detrás de esta medida. En el pasado, China ha utilizado la manipulación comercial como una forma de ejercer presión política sobre Taiwán. Algunos medios taiwaneses, como el United Daily News, sugieren que esta prohibición podría estar destinada a influir en las próximas elecciones presidenciales taiwanesas programadas para enero. El mango, una de las frutas más afectadas por esta suspensión, se cultiva principalmente en el sur de la isla, una región que históricamente ha respaldado al Partido Democrático Progresista, un partido político que promueve la independencia de Taiwán.
La relación entre China y Taiwán ha sido tensa durante décadas, ya que China considera a Taiwán como una «provincia rebelde» que debe ser reunificada con el continente. La situación se ha intensificado en los últimos años debido a las visitas de funcionarios taiwaneses a otros países y al apoyo estadounidense a Taiwán. Recientemente, el vicepresidente taiwanés, William Lai, realizó una serie de visitas diplomáticas que generaron una respuesta militar de China en forma de ejercicios en el mar y el aire alrededor de Taiwán.
El Ministerio de Defensa de Taiwán ha condenado estas maniobras como una «provocación irracional», lo que subraya la delicada naturaleza de las relaciones entre ambas partes. China busca constantemente formas de reforzar su posición sobre Taiwán, y la suspensión de la importación de frutas podría ser una de las formas en que busca ejercer su influencia, ya sea como una medida legítima de bioseguridad o como una táctica política.
