Heberto Padilla fue un poeta cuyo recuerdo estará siempre unido a su enfrentamiento con el poder de la revolución cubana y no, o al menos no tanto, con su obra poética. Guillermo Cabrera Infante, que tuvo a Padilla como colaborador en Lunes de Revolución, dijo de él que “era otro excelente poeta terrible”, y es que Heberto Padilla ya había protagonizado algunas desavenencias con los representantes de la cultura cubana por sus viajes al extranjero, en donde mantuvo relaciones de amistad con escritores y periodistas, un papel nada favorable para un cubano que no quisiera ser tildado de enemigo de la Revolución. En 1968 Padilla fue galardonado con el premio de poesía Julián del Casal, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), por el poemario Fuera del juego. Este premio fue el detonante por el que Padilla entrará de lleno en el declive más infame e inhumano, que hizo que diera con sus huesos en la cárcel el 20 de mayo de 1971. La obra de Padilla, y la de Antón Arrufat (fallecido en mayo de este año), ganador en la modalidad de teatro con Los siete contra Tebas, fueron catalogadas como reaccionarias. Continúa leyendo ‘Mea’ Cuba