Hablábamos hace no mucho de como Trujillo siempre fungió de cuna de artistas. Los escritores del Norte saben que la representación de sus vivencias esta fuertemente influenciada por los elementos de la zona en la que habitan. Víctor López Gonzales, escritor trujillano, presenta hoy una novela breve donde el escenario de Trujillo se une a los fuertes vínculos generados por la influencia religiosa para retratar las tristes vivencias de una joven ultrajada.
María Espínola, personaje principal de esta historia, es una joven trujillana que sufre un ataque sexual premeditado. Tras el terrible suceso, los días posteriores guardaran una amalgama de emociones empozadas y difíciles de expresar. En un ambiente familiar y social donde el estigma religioso y machista juega en su contra, María comenzará a cuestionar las vivencias a su alrededor como parte de un viaje introspectivo lleno de violentos hechos.
En primer lugar, la novela se erige como una crítica interesante al dogma religioso. María no solo tiene que soportar la vejación cometida en su contra, sino también el fuerte abuso emocional ejecutado de forma silenciosa por su madrastra, Patricia. La figura de Patricia retrata bien la famosa «doble moral» cristiana, a menudo señalada por aquellos que comparten que los feligreses de estas iglesias no suelen tratar correctamente al prójimo en nombre de un ente superior (dígase Dios). Bajo parámetros similares, López Gonzales realiza un interesante estudio para componer perfiles precisos para cada personaje. Recordemos que para dar con el personaje de María Espínola, el autor recogió testimonios de distintas mujeres que sufrieron episodios de violencia.
Otro de los logros de esta novela es la innovación presente en las técnicas utilizadas por el autor. Víctor, quien anteriormente incursionó en la poesía con los poemarios Las Llaves (2016) y Agnósticos (2018) y en el cuento con los libros Designios (2019) y Las muertas y los griegos (2020) muestra en este libro una evolución positiva en lo que respecta a su técnica narrativa. La alternación entre elementos propios de la musicalidad y las vivencias ocurridas por los personajes, así como el apoyo en elementos ambientales -a primera instancia imperceptibles por los lectores- en la narración, generan un ambiente bien logrado con una prosa accesible y atrayente.
La crítica social esgrimida en la novela es otro punto interesante a tener en cuenta. El gran mensaje de la obra se compone alrededor de esta justificada crítica que parte de una situación ficticia para entender como la influencia religiosa sirve para cometer constantes arremetidas sistemáticas. Gran parte de las construcciones sociales amparadas en el imaginario machista de la sociedad están legitimadas por credos religiosos. Todo esto confabula en un ambiente violento para la joven María. Si bien se puede sentir por momentos que esta crítica no es presentada de la forma más sutil, lo cierto es que el evidenciar la problemática desde la literatura guarda consigo un mérito enorme dentro de las letras nacionales.
Víctor López Gonzales demuestra con esta novela que tiene serias ambiciones literarias y busca consolidarse como uno de los más representativos autores dentro de la nueva camada literaria de la ciudad. Darle una oportunidad a esta novela es una buena manera de introducirse a las producciones locales de los nuevos artistas.