Por Mauricio Muñoz Morales.
La República del Perú vuelve a sumar un nuevo fracaso a su historia reciente: el Gobierno, en un acto desesperado y de curiosa falta de tino, cayó en un nuevo error al disolver el Congreso de la República sin un sustento constitucional. Al no contar con un apoyo de parte de las FF.AA. o en espacios realmente constituidos de la base popular, era bastante claro que el final de esta jugada anti-establishment no sería el mejor. Con la destitución de Pedro Castillo, el alzamiento en el poder de Dina Boluarte y su nuevo gabinete, el Congreso fortalecido en ciertos aspectos y demás actores políticos involucrados; vale la pena hacer un ejercicio de revisión para ir entendiendo lo que está por venir.
Quedó claro desde el anuncio de Castillo que quien recibiría el gran pasivo de su intempestiva decisión serían grandes sectores de la izquierda. La gran lección para este sector es entender que la preparación ideológica de sus cuadros es una obligación inexorable. Castillo demostró no entender como se comportaba el sistema político, era improbable, entonces, que las consignas que representaba se vean cumplidas por medio de sus acciones de gobernanza. Si bien vaticinar es peligroso, no me sorprendería que la izquierda no vuelva al poder dentro de un buen tiempo.
Dina Boluarte y el congreso habrían llegado a una tregua mansa, un llamado a la no agresión. Valdría preguntarle a la señora presidenta: ¿Realmente cree que aquellos que atacaron sin descanso a PPK, Vizcarra y Castillo ahora dejaran que usted gobierne con calma por llamar a un centrismo vació y una concertación idealista? Para aquellos que desde el poder no se han dado cuenta que la paz es todavía un horizonte lejano en esta tierra, no les espera otra cosa más que vivir los errores de sus antecesores.
El camino es incierto. Vociferado un posible adelanto de elecciones, las protestas a favor de esta iniciativa se han masificado en varios rincones del país. Lo cierto es que un nuevo cambio de forma en el rumbo del país no es más que el eterno retorno a esta crisis absoluta. Esperemos que la ceguera ante los cambios reales no nos dure más de lo debido y podamos avizorar verdaderas soluciones para enfrentar la crisis que afronta el país.
Publicado en el Diario La Industria el día 12 de diciembre.