La policía de Moldavia ha anunciado que existe una ‘conspiración de parte de un grupo hostil’ en contra del gobierno de ese país para desestabilizar la situación. Alrededor de 5000 personas se concentraron en Chisináu, la capital del país europeo, buscando hacer llegar sus voces a las autoridades para reclamar por el aumento de los precios en los productos de primera necesidad y en la energía.
Los manifestantes tomaron las calles llamando a la destitución de la presidenta Maia Sandu y de su gabinete. Las protestas contra el aumento de los combustibles no son recientes, desde varios meses estos grupos han hecho llegar su fuerte reclamo contra el poder. Sin embargo, existe una novedad aparente, y es que en las últimas manifestaciones se ha percibido un considerable apoyo a Rusia.
«He venido porque la electricidad y todas las facturas han subido demasiado. Mi pensión es muy baja. Las autoridades han confirmado que van a subir (las facturas) al menos hasta en 3%. ¿Acaso nos están tomando el pelo? La presidenta es una borrega» afirmaba una de las manifestantes concentrada en la plaza de Chisináu entre los manifestantes moldavos.
El partido minoritario pro-ruso «Sor», una fuerza política que adopta su nombre de oligarca moldavo Ilan Sor, quien vive exiliado en Israel tras ser condenado por fraude. La portátil pro-rusa cuenta con 6 escaños dentro de los 101 que mantiene el parlamento moldavo.
A pesar de creciente apoyo, algunos moldavos creen que los manifestantes son víctimas de una propaganda contra Europa: «Creo que están siendo engañados y cuando pase un tiempo se van a arrepentir. Es lamentable, están siendo manipulados por lo peor de nuestra clase política para que se pongan en contra de nuestro país justo cuando Moldavia busca modernizarse», decía un ciudadano moldavo para la cadena DW.
¿Cómo gestionara el gobierno de Sandu estas próximas protestas? ¿Podrá Putin alentar estas fuerzas externas para capitalizar apoyos a lo largo de Europa?