Parecía una amistad política ampliamente incuestionable en los radares sociales de Latinoamérica y Bolivia. Evo Morales y Álvaro García Linera parecían ser Quijote y Sancho Panza dentro de las cunas socialistas del MAS. Sin embargo, dadas las últimas declaraciones de García Linera, todo parece indicar que aquella amistad y camaradería ha quedado en el pasado. ¿Qué hitos marcaron la relación de Linera y Morales? ¿Cuándo se quebró esta relación?

La relación política de Evo Morales y Álvaro García Linera ha sido una de las más estrechas y duraderas en la historia política de Bolivia. Durante los casi 14 años que Morales estuvo en el poder como presidente de Bolivia, García Linera fue su vicepresidente y uno de sus principales asesores políticos.

García Linera, un académico y exguerrillero, fue uno de los arquitectos del llamado «proceso de cambio» liderado por Morales, que buscaba transformar Bolivia en un país más igualitario y justo para los pueblos indígenas y otros sectores históricamente marginados. Su papel como vicepresidente y teórico clave del gobierno fue fundamental para la implementación de políticas económicas y sociales que redujeron la pobreza y mejoraron la calidad de vida de millones de bolivianos.

A lo largo de su mandato, Morales y García Linera enfrentaron una serie de desafíos políticos, incluyendo la oposición interna y externa, la presión de los medios de comunicación y la controversia por su polémica reelección en 2019. Sin embargo, siempre mantuvieron una fuerte unidad y una estrecha colaboración en la toma de decisiones.

Las recientes declaraciones de Linera parecen poner fin a esta relación: durante una de sus últimas apariciones públicas, hizo una solicitud directa a Morales, exhortándolo a permitir que el actual presidente Luis gobierne sin interferencias, y si quisiera ofrecer alguna recomendación, que lo hiciera de manera adecuada. Morales, por su parte, ha cerrado la relación a su manera: “Tengo un enemigo más. Catorce años mi vicepresidente, duele mucho”.

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