Ondas Kelvin y ‘anticiclón’: ¿Al rescate contra el ‘diluvio’ de El Niño?

El fenómeno del niño es uno de los eventos climáticos más importantes que ocurren en el mundo, y su impacto puede ser devastador para muchos países, especialmente aquellos ubicados en la región del Pacífico. Aunque este fenómeno ha sido objeto de estudio durante décadas, aún hay mucho que se desconoce acerca de sus causas y mecanismos subyacentes. Uno de los factores que influyen en la intensidad del fenómeno del niño son las ondas Kelvin, las cuales tienen una estrecha relación con el comportamiento del clima en el Pacífico.

Las ondas Kelvin son perturbaciones en la superficie del mar que se propagan a lo largo del ecuador y afectan el clima de la región. Estas ondas se originan en la costa de Asia y se propagan hacia el este a través del océano Pacífico. A medida que avanzan, producen cambios en la temperatura y en la presión atmosférica, lo cual afecta el clima en las regiones cercanas. En el caso del fenómeno del niño, las ondas Kelvin pueden producir cambios en la circulación del océano y en la temperatura del agua, lo que puede desencadenar la formación del fenómeno.

La relación entre las ondas Kelvin y el fenómeno del niño ha sido estudiada durante décadas, y se ha descubierto que existe una fuerte correlación entre ambos. De hecho, las ondas Kelvin son capaces de generar algún efecto la formación del fenómeno del niño con una precisión significativa. En general, se sabe que cuando las ondas Kelvin se propagan hacia el este de manera intensa, esto puede indicar la formación de un fenómeno del niño en el futuro. Por ejemplo, una onda Kelvin fría podría originar que baje la temperatura originada por el fenómeno en gran magnitud.

Por otro lado, la disminución de las temperaturas puede atribuirse en gran medida al anticiclón del Pacífico Sur. Pero, ¿Qué es exactamente este fenómeno y cómo afecta el clima en nuestra ciudad?

Pues bien, el anticiclón del Pacífico Sur es una zona de alta presión atmosférica que se forma en la región sur del Océano Pacífico, cerca de la costa de Chile y Perú. Esta área de alta presión provoca una disminución de la actividad atmosférica y genera condiciones de estabilidad en la zona. En términos simples, el anticiclón del Pacífico Sur se traduce en días más frescos y secos en la costa. Durante esta época del año, el anticiclón se fortalece y se desplaza hacia el Norte, lo que trae consigo un descenso en las temperaturas y una disminución en la humedad.

Esta disminución en la humedad se debe a que el anticiclón del Pacífico Sur actúa como una barrera que impide que los vientos húmedos del norte lleguen hasta la costa peruana. Por lo tanto, durante este período, los días son más soleados y secos, lo que hace que el clima sea más agradable para muchos. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que el anticiclón del Pacífico Sur puede tener consecuencias negativas en otras partes del país. Por ejemplo, en la región Andina, donde la presencia del anticiclón puede generar sequías y afectar la producción agrícola.

Lo cierto es que de jugar a nuestro factor ambos factores (las ondas Kelvin frías y un anticiclón bondadoso con el clima) podríamos surcar una temporada mucho más disfrutable ante las fuertes olas de calor. Esperemos que ese sea el caso.

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