Aún con la anunciada culminación a fines de año de los diques en la quebrada San Idelfonso no impide que las aguas del fenómeno del niño vuelvan a inundar a la población del Porvenir, Florecía de Mora, La Esperanza, Trujillo y Buenos Aires.
Estas obras del Paquete 2 sólo captan los sedimentos y atenúa la escorrentía del agua para que funcione mejor el dique ubicado aguas abajo. La obra que derivaría las aguas hacia la quebrada San Carlos mediante un túnel y un canal todavía no se ha iniciado su construcción; por tanto la culminación de los 35 diques no es significativa para la solución que esperamos para contrarrestar los efectos del próximo fenómeno El Niño.
Este retraso y otras paralizaciones comprobaría una año más la tremenda inutilidad de la Autoridad para la Reconstrucción y del propio gobierno regional con César Acuña a la cabeza.
La ciudad de Trujillo ha sido históricamente vulnerable a los efectos devastadores del fenómeno climático de El Niño. Sin embargo, mostrando una grave irresponsabilidad, por decir lo menos, dadas las investigación de irregularidades en curso, se hace afirmaciones como esta: ‘se anuncia el progreso en la construcción de diques para mitigar los impactos de este fenómeno en la región. El Paquete 2 del proyecto de soluciones integrales para las quebradas San Carlos y San Ildefonso está avanzando a buen ritmo, con la culminación de 15 de los 35 diques planeados hasta la fecha.’
Por su lado la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC) informa que, ‘gracias al arduo trabajo de los contratistas, se espera que el resto de los diques estén terminados para fines del año 2023. Este esfuerzo ha sido posible gracias a jornadas diarias de 10 horas y la operación de 32 equipos en tres frentes de trabajo, lo que ha permitido acelerar significativamente la ejecución del proyecto’, cuando estas obras debieron haber sido terminadas hace años.
Y haciendo juego con la ignorancia, afirma el alcalde de El Porvenir, que más de 3 mil familias de los sectores Río Seco, Alto Trujillo, Túpac Amaru y Víctor Raúl Haya de la Torre se beneficiarán directamente de estas obras. Tremenda falsedad en tanto no se culmine con el túnel y el canal hacia la quebrada de San Carlos.
Si bien la corrección del flujo de la quebrada es el papel principal de los diques, al reducir la velocidad del caudal y su energía, la acumulación de sedimentos aguas arriba sin derivación al río Moche formaría verdaderas trampas en forma de las llamadas «terrazas de compensación», que podrían causar estragos aún más graves en el futuro mediato, sin disminuir el riesgo de inundaciones y desbordamientos durante las intensas lluvias asociadas a El Niño.
Los diques sin la construcción del resto de obras podrían servir de poco o, incluso, volverse contraproducentes. Sobre todo sin las obras de canalización y contingencia en el río Moche. Por ello es fundamental que la sociedad civil se movilice para fiscalizar a los organismos públicos y organizar a las poblaciones vulnerables en la prevención de daños y enfermedades, principalmente entre los niños y sectores de bajos recursos, teniendo en cuenta que los efectos de El Niño podrían empezar incluso en el mes de octubre.
