La ciudad de Stepanakert, ubicada en la región de Nagorno Karabaj, se encuentra sumida en una grave crisis humanitaria. A pesar de que las tiendas siguen abiertas, los estantes vacíos son un testimonio silencioso de la escasez que afecta a los 50.000 habitantes de este enclave enclavado en la geografía política de Azerbaiyán. La región, predominantemente armenia, se ve rodeada por completo por tierras azerbaiyanas, con tan solo un frágil corredor de acceso que conecta con Armenia, a través del llamado «corredor Lachin».
Desde diciembre de 2022, este corredor vital ha sido bloqueado por Azerbaiyán, sumiendo a Nagorno Karabaj en un aislamiento prácticamente total. Al principio, la ayuda humanitaria lograba traspasar las fronteras gracias a la presencia de la Cruz Roja Internacional y las tropas rusas encargadas de supervisar el acuerdo de alto el fuego de 2020. Sin embargo, en junio, las tensiones en la frontera desencadenaron un endurecimiento del bloqueo por parte de Azerbaiyán, dejando a los residentes de la región en una situación desesperada.
El número exacto de personas afectadas es incierto, con estimaciones que varían significativamente entre las cifras proporcionadas por Armenia y Azerbaiyán. Mientras Armenia habla de 120.000 personas, Azerbaiyán sostiene que la cifra es mucho menor. La tensa situación en Nagorno Karabaj ha llevado incluso a figuras prominentes, como el famoso futbolista armenio y embajador de UNICEF en Armenia, Henrikh Mkhytarian, a pedir públicamente el levantamiento inmediato del bloqueo.
El conflicto en Nagorno Karabaj es un dilema arraigado en la historia y la geopolítica de la región. La región está geográficamente situada dentro de Azerbaiyán, pero la mayoría de su población es armenia. Esto ha generado un choque de intereses, con Azerbaiyán defendiendo la integridad territorial y Armenia abogando por la autodeterminación de la población. El estallido de la primera guerra entre estos dos estados ocurrió en la década de 1990, justo después del colapso de la Unión Soviética, y desde entonces se han producido repetidos enfrentamientos a lo largo de la indefinida frontera.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos y las negociaciones en curso, la paz en Nagorno Karabaj sigue siendo esquiva. Representantes de Armenia y Azerbaiyán se han reunido en diversas ocasiones bajo la mediación de la UE, Estados Unidos y Rusia, con la esperanza de transformar el frágil alto el fuego en un tratado de paz duradero. La mediación de la UE ha dado lugar a seis rondas de negociaciones, pero las diferencias fundamentales persisten.
En mayo, el presidente de Armenia, Nikol Pashinyan, sorprendió al sugerir la posibilidad de reconocer a Nagorno Karabaj como parte de Azerbaiyán, siempre y cuando se garantizaran amplios derechos y seguridad a los armenios en la región. Sin embargo, el autodenominado «gobierno» étnico armenio de Nagorno Karabaj se opone firmemente a esta propuesta, al igual que el líder azerbaiyano Ilham Aliyev, quien ha abogado por la integración de la «República de Artsaj» en Azerbaiyán.
