La gigante cervecera neerlandesa Heineken anunció el viernes 25 de agosto que ha obtenido las aprobaciones necesarias por parte del Gobierno ruso para deshacerse de todas sus operaciones en Rusia. Esto marca la conclusión de un proceso que se inició en marzo de 2022, tras la invasión de Ucrania. La decisión de la compañía de vender sus operaciones rusas por un precio de compra simbólico de 1 euro por el 100% de las acciones al conglomerado industrial ruso Arnest lleva consigo implicaciones más amplias tanto para el panorama económico como para el futuro de sus empleados.
La compañía anticipa enfrentar una pérdida acumulada total no monetaria de 300 millones de euros con la venta de sus operaciones a Arnest, un grupo industrial ruso que adquirió el negocio cervecero por el mismo precio de 1 euro por el 100% de las acciones.
En cuanto al futuro de los empleados en Rusia, el Grupo Arnest ostenta una relevante empresa de envasado de latas y es el principal fabricante ruso de cosméticos, artículos para el hogar y envases metálicos destinados al sector de bienes de consumo de rápido movimiento. Heineken transferirá a los nuevos propietarios todos los activos, incluyendo siete cervecerías en Rusia, mientras que la producción de Amstel «se eliminará gradualmente en un plazo de seis meses», según lo indicado por la compañía, que ya había retirado la marca Heineken de Rusia en 2022.
Adicionalmente, Arnest también asumirá la responsabilidad de los 1.800 empleados que la compañía neerlandesa tenía en su negocio ruso, brindándoles garantías de empleo durante los próximos tres años.
«Damos por concluida nuestra salida de Rusia. (…) Aunque haya tomado más tiempo del que anticipábamos, esta transacción asegura los medios de vida de nuestros empleados y nos permite abandonar el país de manera responsable», explicó el director general de Heineken, Dolf van den Brink.
Heineken ha tenido presencia en Rusia durante aproximadamente 20 años, pero su negocio cervecero ruso demostró ser poco rentable. Con esta decisión, la empresa busca asegurar un retiro responsable y proteger los intereses de sus empleados en el proceso.
