El beso pecador del Dalai Lama

El líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, ha emitido disculpas públicas después de que un video de él pidiéndole a un niño que chupara su lengua se volviera viral en las redes sociales. El incidente ocurrió durante una visita del Dalai Lama a Europa, donde se reunió con varios líderes políticos y religiosos. Durante uno de estos encuentros, el Dalai Lama fue filmado interactuando con un niño y, en un momento dado, le pidió que chupara su lengua.

El video, que fue publicado en varias redes sociales, provocó una fuerte reacción de indignación y críticas hacia el Dalai Lama, especialmente en el contexto actual de preocupación mundial por el abuso infantil.

En respuesta, el Dalai Lama emitió un comunicado en el que se disculpó por su comportamiento y reconoció que había sido «una mala broma». Afirmó que su intención era hacer reír al niño y no tenía intención de hacerle daño o ser inapropiado.

El Dalai Lama, quien es reconocido internacionalmente por su defensa de la no violencia y los derechos humanos, dijo que lamentaba profundamente haber causado ofensa o incomodidad a cualquier persona, especialmente a los niños.

A pesar de las disculpas, el incidente ha generado preocupación y críticas por parte de muchos defensores de los derechos de los niños y de la protección infantil. Recordemos que cualquier forma de contacto físico con un niño debe ser cuidadosamente considerada y que los adultos en posiciones de poder o autoridad tienen una responsabilidad especial de actuar con cuidado y respeto hacia los niños.

Este incidente sirve como un recordatorio importante de la necesidad de ser conscientes de cómo nuestras palabras y acciones pueden afectar a los demás, especialmente a los niños. Aunque la intención del Dalai Lama pudo haber sido inocente, es importante recordar que cualquier forma de contacto físico con los niños debe ser cuidadosamente considerada y siempre debe tener en cuenta la seguridad y el bienestar del niño.

Un comentario en “El beso pecador del Dalai Lama

  1. Decía Campoamor: en este mundo traidor / nada es verdad ni mentira / todo es según el color / del cristal con que se mira. Muchas veces, demasiadas tal vez, se ven comportamientos oscuros cuando lo que sucede es que se tiene oscura la mente con la que se mira.
    A los niños hay que quererlos, es un error poner barreras de malicia o desconfianza pues eso lo percibe el niño y entonces se tuerce.

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