El retorno de Lula da Silva a la presidencia de Brasil en 2023 ha generado expectativas sobre los cambios que podrían producirse en la política exterior del país. En este sentido, es importante analizar las posibles implicaciones de su gobierno para la inserción internacional de Brasil y para las relaciones con los países de la región.
En los últimos años, la política exterior de Brasil ha estado marcada por un giro hacia posiciones más conservadoras y alineadas con los intereses de Estados Unidos. El gobierno de Jair Bolsonaro ha fortalecido su alianza con el presidente estadounidense Donald Trump, y ha promovido una agenda neoliberal y de libre comercio en detrimento de los programas de integración regional liderados por Brasil en el pasado.
Lula ha vuelto: ¿Qué vendrá?
Con el retorno de Lula, se espera un cambio en esta tendencia. Lula ha sido un defensor histórico de la integración regional y de la cooperación Sur-Sur, y ha criticado enérgicamente la agenda neoliberal impulsada por los gobiernos conservadores de la región. En este sentido, es posible que su gobierno busque fortalecer las relaciones con los países de la región y recuperar el liderazgo brasileño en los procesos de integración regional.
Asimismo, es posible que el retorno de Lula tenga implicaciones en la relación de Brasil con Estados Unidos y con otras potencias globales. Mientras que el gobierno de Bolsonaro ha buscado una alianza estrecha con Estados Unidos, Lula ha sido más crítico con la política exterior estadounidense y ha buscado fortalecer las relaciones de Brasil con otros países del Sur Global.
En este sentido, es posible que el retorno de Lula represente un cambio en la inserción internacional de Brasil, y que el país busque una mayor autonomía y un mayor protagonismo en el escenario global. Esto podría implicar una mayor cooperación con países de la región, como Argentina y Venezuela, así como con países como China, Rusia y la India.
Brasil y China: una relación especial
Es en base al apego internacional con el gigante asiático que el Brasil de Lula podría dar su primer gran giro. En primer lugar, cabe señalar que China es uno de los principales socios comerciales de Brasil y la relación entre ambos países se ha fortalecido en los últimos años. Lo esperable sería que la llegada de Lula siga el sendero de fortalecimiento mencionado.
Como ya mencionamos, Lula da Silva es conocido por ser un defensor de una mayor cooperación entre los países del sur global. Esto podría resultar en una mayor colaboración entre Brasil y China. Es posible que Lula busque establecer alianzas más estrechas con China para fortalecer el posicionamiento del país en el mundo y proteger sus intereses económicos y políticos. Algo que vendría junto a una mayor participación de China en la economía brasileña y un mayor intercambio de tecnología y conocimiento.
No obstante, también es importante tener en cuenta que Lula da Silva es un defensor de la democracia y los derechos humanos, lo que podría generar cierta tensión en las relaciones con China. La postura del gobierno chino sobre estos temas ha sido criticada por muchos países, incluyendo Brasil. Si Lula decide adoptar una postura más crítica hacia la política china en estos temas, podría provocar un enfriamiento en las relaciones bilaterales. No cabe duda de que la relación China-Brasil verá movimientos interesantes con la nueva administración en ciernes.