A partir de este domingo, la Unión Europea dejara de importar diésel y otros refinados provenientes de Rusia dadas las sanciones recientemente aprobadas en contra del país gobernado por Vladimir Putin. Esta medida ha generado bastante incertidumbre en el mercado energético europeo ya que, hasta poco menos del 2022, el diésel ruso representaba gran parte de la oferta. Existe un temor de que esta medida afecte a sectores clave de la economía europea.
El analista bursátil Ezequiel Daray afirmó que ante la búsqueda de un reemplazante Medio Oriente, Asia, China y los Estados Unidos se presentan como principales opciones, aunque esto generará grandes gastos adicionales para los países importadores.
Daray consideró que este embargo podría tener un efecto todavía incierto sobre la economía rusa, ya que las estrategias de relocalización del producto en distintos países podrían traer ciertas medidas auxiliares para Rusia.
A pesar del análisis de Daray, hay quienes consideran que estamos ante un problema de gran envergadura por razones adicionales. Recordemos que el diésel es esencial para la economía debido a su uso en automóviles, camiones de carga, maquinaria agrícola y equipos industriales. Debido a la recuperación de la demanda después de la pandemia del COVID-19 y las restricciones en la capacidad de refinamiento, los precios del diésel ya habían aumentado, lo que ha llevado a la inflación de otros productos a nivel global. Ante ello, muchos creen que esta sanciones no hacen más que agravar el problema.
La economía del mundo y los grandes analistas seguirán atentos a la noticia y el desarrollo de las sanciones contra el país euroasiático. Se espera que la guerra entre Rusia y Ucrania siga sumando nuevos embates a la economía global.