El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha afirmado recientemente que Estados Unidos quiere involucrar a Hungría en la guerra de Ucrania, pero aseguró que Budapest no permitirá que eso suceda y reiteró que no enviará armas a Ucrania. En sus declaraciones, Orban describió a Estados Unidos como un amigo e importante aliado de Hungría, destacando que ambos países comparten ideas básicas sobre la libertad y la economía de mercado. A pesar de la diferencia de opiniones, el político ultranacionalista afirmó que la amistad húngaro-estadounidense debe soportar estas tensiones.
El miércoles pasado, Estados Unidos anunció sanciones contra tres funcionarios, incluyendo a un húngaro, del Banco Internacional de Inversiones (IIB), una institución controlada por Rusia con sede en Budapest. En respuesta, el Gobierno húngaro anunció su salida de la institución. Orban afirmó que la lista publicada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos contiene decenas de nombres y que solo un húngaro se vio afectado, por lo que aseguró que no hubo sanciones directas contra Hungría.
Las relaciones entre Estados Unidos y Hungría han empeorado significativamente desde la invasión rusa de Ucrania, debido a que el Gobierno de Orban se desmarcó de sus aliados en la Unión Europea (UE) y la OTAN en relación al envío de ayuda militar y a las sanciones contra Moscú. En este contexto, la afirmación de Orban de que Estados Unidos quiere involucrar a Hungría en la guerra de Ucrania podría ser vista como una muestra más de la tensión entre ambos países.
A pesar de estas tensiones, Hungría y Estados Unidos siguen siendo aliados importantes. La cooperación en temas de seguridad y economía sigue siendo sólida, y ambos países comparten una larga historia de amistad y colaboración. Aunque la postura de Hungría respecto a la guerra de Ucrania puede haber creado un distanciamiento temporal, es posible que ambos países encuentren un terreno común en el futuro y puedan trabajar juntos para lograr sus objetivos mutuos.