Otro 21 de junio, el de 1527, hace hoy 496 años, una peritonitis eleva a la gloria de Dios a uno de los grandes hombres del Renacimiento: Niccolò di Bernardo dei Machiavelli. Dos siglos después de su óbito el recuerdo de la teoría por la que pasará a la historia Maquiavelo dará lugar a una voz: “maquiavelismo”. Eso será cuando El príncipe, el tratado en el que el italiano desarrolla su razonamiento, vea la luz póstumamente, un lustro después de la muerte de su autor, en la Roma de 1533, con permiso del papa Clemente VII. Pero todavía es ahora cuando “maquiavélico” es sinónimo de argucia, deslealtad, cinismo y tantas otras infamias consustanciales a la política que, ya de antiguo, quienes han hecho de ella la profesión más despreciable que puede ejercer el ser humano dicen que, como ciencia, fue un invento de Maquiavelo. Ciencia que desde luego no es exacta, apostillan quienes sufren a los políticos. Nada tiene que ver el optimismo de los tiempos nuevos y de promesas con el escepticismo de los días de evaluar los resultados de lo prometido. Continúa leyendo Muere Maquiavelo