China, el gigante asiático, ha logrado despojar ciertos secretos tecnológicos a su país rival, Estados Unidos. Esto se ha hecho saber después de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusara a Zheng Xiaoqing de robar un código binario del conglomerado eléctrico General Electric Power.
Esta práctica se descubrió tras encontrar una foto del empleado con el código en un espacio. A esto se le conoce como esteganografía, una modalidad por la cual se roba información muy a menudo. La información robada por Zheng se relacionaba a campos como la producción de turbinas de gas y vapor.
Pero el caso de Zheng no es el único relacionado al robo de información por parte de ciudadanos chinos en territorio estadounidense. El robo de secretos comerciales se ha hecho una práctica recurrente de parte de la inteligencia china. Su objetivo es aportar en la creación de tecnología china de aparente originalidad intelectual.
Para Alan Kohler Jr., miembro del FBI, esta práctica planea apuntar al «ingeniero estadounidense», buscando a largo plazo desplazar a Estados Unidos como el «líder» de la competencia mundial en este rubro. Pero lo cierto es que este robo de información no se daría únicamente en terrenos como la ingeniería y en el desarrollo de turbinas; otros rubros, como el desarrollo farmacéutico y la nanotecnología también son de interés para la inteligencia china.
Esta práctica, que podría ser tachada por su aparente falta ética, viene siendo parte de los objetivos políticos del Partido Comunista de China y, por ende, del gobierno Chino. La necesidad por ganar la carrera en producción tecnológica frente a los Estados Unidos ha llevado a que esta iniciativa sea vista con buenos ojos por el poder.